Corea del Sur revela los intrincados detalles de su éxito, señalando el camino para que otros países adopten un modelo similar de economía circular
¿Es posible para una nación convertir los residuos alimentarios en un recurso valioso a escala nacional?
Un sistema que funciona en Corea del Sur
El sistema coreano de “Pago por Peso de Residuos de Comida” (Weight Based Food Waste Fee) es un caso de estudio en gestión de residuos. El estudio de Sustainability detalla cómo la obligatoriedad de separar y pagar por los residuos orgánicos ha sido el principal motor del cambio de comportamiento. Sin embargo, el éxito del modelo no se limita a la tarifa. Se basa en una infraestructura robusta de reciclaje que clasifica los desechos en cuatro categorías:
- Recuperación de aceite: una pequeña porción se convierte en aceite para calefacción.
- Fertilizante o abono: El 25% de los residuos orgánicos se destina a la producción de abono para uso agrícola.
- Alimento para animales: una de las soluciones más utilizadas, que convierte el 49% de los desperdicios en alimento para ganado.
- Biogás: El 14% de los residuos se procesa para generar energía, ayudando a abastecer a miles de hogares y reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.

Desafíos persistentes y nuevas oportunidades
A pesar del éxito, el estudio identifica desafíos clave que aún enfrenta el país. Uno de los más importantes es la separación inadecuada de los residuos. A menudo, plásticos, utensilios desechables o huesos terminan mezclados con los desechos orgánicos, lo que dificulta el proceso de reciclaje y aumenta los costos.
Además, existe una resistencia del sector agrícola a utilizar el alimento para ganado derivado de los residuos, a pesar de los estrictos controles de calidad. Este es un punto crítico, ya que la mayor parte del reciclaje se destina a este uso. Para superar esto, el estudio sugiere una mayor colaboración entre los gobiernos, los agricultores y los centros de reciclaje para generar confianza y mejorar la calidad del producto final.
Corea del Sur es un ejemplo de que la innovación social y las políticas gubernamentales bien diseñadas pueden generar un impacto positivo en el medio ambiente y la economía. Su modelo no solo ha aliviado la presión sobre los vertederos, sino que también ha transformado un problema en una cadena de valor circular.

#ChooseTrashy
- ¿Qué políticas o incentivos crees que serían más efectivos para replicar este modelo en otras ciudades de Latinoamérica?
- ¿Cómo podemos fomentar una mayor conciencia sobre la importancia de la separación de residuos en nuestros hogares?
¡Comparte tu opinión en los comentarios!