Con un salario digno se aspira a que todos tengan suficiente plata para vivir bien: comida, casa, salud, educación, transporte, ropa e incluso para cubrir imprevistos.
Por mucho tiempo, el sueldo mínimo no ha sido suficiente, y mucha gente trabaja duro pero no prospera. Un salario digno es la solución para esto, si la gente gana lo suficiente para vivir con dignidad, las comunidades estarán mejor, habrá menos pobreza y la gente trabajará con más ganas. Se trata de que todos puedan vivir bien, no solo sobrevivir.

El salario digno, del término en inglés “Living Wage” aprobado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en febrero de 2024 –se distingue radicalmente del salario mínimo que establece un umbral legal más bajo de remuneración–, asegurando un nivel de percepciones que permita a los trabajadores acceder a una calidad de vida decente de acuerdo con la Metodología Anker, creada por Richard y Martha Anker en 2017.
Esta es una forma transparente de calcular el costo de vida digna en una localidad específica. Funciona identificando los gastos esenciales de una familia promedio inserta en su contexto como la alimentación, vivienda, salud, educación y lo necesario para una participación plena en la sociedad, considerando los precios y costumbres locales.
Su objetivo es proporcionar una base sólida para que empresas, organizaciones y gobiernos puedan abogar por y para establecer salarios dignos, o para la vida, como sería su traducción literal del inglés.
El Foro Económico Mundial, incluso ha hecho un estimado de una implementación global de salarios dignos, lo cual podría generar un aumento de 4.6 billones de dólares en el Producto Interno Bruto (PIB) mundial cada año, gracias al incremento en la productividad y el gasto de los trabajadores.
El concepto de salario digno está ganando reconocimiento a nivel mundial como un factor clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, particularmente el ODS 1 (Fin de la pobreza) y el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico). Esta conexión con los ODS eleva la importancia de los datos sobre salarios dignos para los responsables de la formulación de políticas y las organizaciones internacionales centradas en el desarrollo sostenible en la región de América Latina.

Metodología
En Latank Media retomamos los informes más recientes publicados en la página oficial de la Coalición Mundial por un Salario Digno (GLWC) del año 2024 y uno de 2023. Hemos tomado de referencia el salario digno bruto dolarizado y hecho un ranking decreciente respecto a este valor. La GLWC usa la metodología Anker para obtener la cifra dolarizada y se enfoca en ciudades o regiones específicas dentro de un país en lugar de un promedio nacional porque el costo de vida puede variar significativamente entre diferentes áreas.
La elección de estas regiones se basa en varios factores, como :
Variaciones en el costo de vida:
Las grandes diferencias en los precios de la vivienda, los alimentos y otros bienes y servicios entre áreas urbanas y rurales, o entre diferentes regiones económicas dentro de un país, hacen que un promedio nacional sea menos útil. Por ejemplo, el costo de vida en la Ciudad de México puede ser muy diferente al de una zona rural en el sur de México.
Concentración de la actividad económica:
A menudo, los estudios se centran en regiones con una actividad económica específica, como zonas agrícolas (por ejemplo, regiones cafetaleras en Colombia o zonas bananeras en Ecuador) o centros industriales (por ejemplo, la Zona Franca de Managua en Nicaragua). Esto permite comprender mejor las necesidades de los trabajadores en esos sectores particulares.
Disponibilidad de datos:
La disponibilidad de datos detallados sobre los costos de vida y las condiciones socioeconómicas a nivel regional o de ciudad puede influir en la elección de las áreas de estudio.
Participación de actores locales: La GLWC busca la participación de organizaciones y personas locales en el proceso de estimación del salario digno para asegurar su credibilidad y aceptación. Esto a menudo implica centrarse en áreas donde hay socios locales dispuestos a colaborar.
Estándares internacionales y nacionales:
La metodología Anker utiliza estándares internacionales y nacionales para definir un nivel de vida decente, y estos estándares pueden aplicarse de manera diferente en diversas regiones de un país.
La GLWC elige estudiar ciudades o regiones específicas para capturar con mayor precisión las variaciones locales en el costo de vida y las condiciones económicas, lo que resulta en estimaciones de salarios dignos más relevantes y útiles para los trabajadores y las empresas en esas áreas. Esto permite una comprensión más profunda de las disparidades dentro de un país y facilita la implementación de estrategias salariales más efectivas a nivel local.