Con más del 55 % de avance, Perú construye un hospital en la ciudadela inca para turistas y locales. ¿Puede una infraestructura de salud cambiar el modo en que entendemos el turismo?
Vamos a ser honestos: ¿cuántas veces hemos pensado en Machu Picchu como una maravilla del mundo, pero no como un lugar habitado por personas reales, con necesidades reales?
En la foto ideal del turismo en Perú, vemos ruinas milenarias, paisajes de ensueño y selfies épicas en la cima, pero detrás de cada postal hay una comunidad que vive, trabaja y, también, enferma.
El Ministerio de Salud de Perú (MINSA) anunció esta semana que ya está en marcha la construcción de un nuevo centro de salud en el pueblo de Machu Picchu, con más del 55 % de avance.
No es cualquier obra: se trata de una inversión de 42 millones de soles (más de 10 millones de euros) para garantizar atención médica a los más de 4 mil turistas diarios y a los pobladores locales que han tenido que enfrentarse a emergencias con recursos limitados.
Turismo responsable que cuenta con salud
Esta nueva infraestructura será un centro que incluirá consultorios médicos, sala de partos, camas de hospitalización, ecógrafo, rayos X y una planta de oxígeno.
También ofrecerá servicios integrales: atención familiar, nutrición, rehabilitación física, salud ambiental y pruebas rápidas.
¿Qué pasaría si empezamos a medir la calidad de un destino turístico no solo por su belleza, sino por cómo cuida a su gente?
Esto es una apuesta por cambiar el enfoque del turismo en América Latina.
