En las entrañas del altiplano, el Lago Uru Uru agonizaba, ahogado por la contaminación minera. Pero un grupo de jóvenes liderado por Dayana Blanco Quiroga se negó a aceptar este destino
¿Cómo se puede tejer una solución Inspirados en los conocimientos ancestrales, y con una dosis de ingenio?
Así lo hizo Dayana Blanco con un proyecto que está logrando lo impensable: devolverle su brillo a las aguas, usando una planta común pero poderosa: la totora. Esta es la historia de cómo una solución local está revirtiendo un desastre ecológico de proporciones globales.
La crisis que nadie vio en el Lago Uru Uru
El Lago Uru Uru es un humedal de importancia internacional. Sin embargo, en los últimos años se había convertido en un depósito de residuos tóxicos. La minería sin control había llenado sus aguas de metales pesados y desechos, dejando un paisaje desolador. La vida desapareció, las aguas se tornaron negras y un olor nauseabundo invadió la zona. El desafío parecía insuperable, pero Dayana y su equipo encontraron en el pasado una esperanza.

La totora, una planta acuática utilizada por las comunidades locales durante siglos, tiene la capacidad natural de filtrar metales pesados y descontaminar el agua. Pero el estado del lago era tan crítico que simplemente plantar las totoras no era suficiente. El agua densa y tóxica impedía que los retoños se aferraran al fondo. Fue entonces cuando desarrollaron una técnica innovadora: utilizaron botellas de plástico recicladas como balsas flotantes, creando un sistema de vivero en el agua para que las plantas tuvieran la oportunidad de crecer.
De 300 a 3,000 totoras y el regreso de los flamencos
Lo que comenzó con apenas 300 plantas en 2020 se ha multiplicado. Hoy, han sembrado alrededor de 3,000 totoras, logrando que una parte significativa del lago comience a sanar. El cambio ha sido notable: las aguas han recuperado su claridad y, lo más significativo, los flamencos andinos han regresado. Estos elegantes animales son un indicador ecológico crucial que confirma que el ecosistema se está recuperando y que el proyecto está funcionando.

El proyecto de Dayana y su equipo ha captado la atención mundial. Ha sido reconocido por organizaciones como la ONU y la Convención de Ramsar sobre humedales, y fue honrado con una mención especial en el Restoration Stewards 2024 del Global Landscapes Forum. Además, Dayana fue elegida por esta instiución como una de las ocho mujeres a nivel global con una nueva visión para la Tierra en el marco del 8M, lo que destaca la importancia de su liderazgo y su enfoque en la innovación social.
Un legado de esperanza
La historia del Lago Uru Uru es un recordatorio de que las soluciones a grandes problemas ambientales no siempre provienen de la alta tecnología, sino de la sabiduría ancestral, la perseverancia y la creatividad. Este proyecto ha logrado recuperar un valioso humedal, demostrando que todos podemos ser agentes de cambio.
#ChooseTrashy
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