Del miedo a la confianza en ciudades seguras: cómo cinco ciudades latinoamericanas están redefiniendo la seguridad como un derecho urbano y no como un privilegio
Por Samantha Nolasco
Este es el ranking que estabas esperando, la seguridad ciudadana sigue siendo uno de los mayores desafíos urbanos. Los municipios que te presentamos a continuación están demostrando que sí es posible construir entornos más seguros, resilientes y habitables. Combinamos datos de criminalidad, seguridad vial, percepción ciudadana y gestión ante desastres, junto con políticas innovadoras que explican su éxito y este ha sido el resultado.
La Paz, Bolivia

Sorprendentemente, la capital administrativa de Bolivia se ha convertido en una de las ciudades más seguras de Sudamérica. Con una tasa de homicidios de 4.4 por cada 100,000 habitantes, La Paz ha reforzado la cercanía entre policía y comunidad con su programa “Mi barrio seguro”.
El enfoque está puesto en la prevención y proximidad: fortalecer el vínculo entre vecinos, fiscales y fuerzas de seguridad, y usar patrullaje focalizado en zonas de riesgo. A esto se suma una estrategia nacional contra el narcotráfico que ha reducido la violencia letal en todo el país.
Santiago de Chile, Chile

Santiago se ha mantenido como referente regional en planificación urbana y control de delitos violentos. En 2023 el gobierno lanzó el plan “Calles sin violencia”, que combinó presencia policial, inteligencia territorial y fiscalización del porte de armas.
El resultado: una reducción cercana al 30% en homicidios en las comunas intervenidas. La capital chilena también destaca por su infraestructura antisísmica y una red de videovigilancia de última generación, que ha mejorado la respuesta ante emergencias urbanas.
Asunción, Paraguay

Con una tasa de homicidios de 6.8, Asunción combina estabilidad social con una política activa de combate al crimen organizado. El gobierno paraguayo impulsó alianzas con EE.UU. e Israel para fortalecer la inteligencia policial y la interdicción de armas y drogas, reduciendo los delitos transnacionales que antes impactaban en la seguridad local.
Además, la expansión de patrullajes barriales y capacitación policial han reforzado la sensación de orden en la capital.
Montevideo, Uruguay

La capital uruguaya se ha consolidado como una ciudad con seguridad media-alta y baja violencia callejera. Su política de policía comunitaria, sumada a una red de cámaras y drones del programa “Maldonado Seguro”, permitió reducir robos y mejorar la respuesta ante delitos.
Uruguay ha apostado también por tecnología cívica, integrando aplicaciones móviles para denuncias y botones de pánico en zonas residenciales.
Buenos Aires, Argentina

Cierra el ranking con una tasa de homicidios de apenas 3.8 por 100,000 habitantes, la más baja entre grandes capitales latinoamericanas.
El secreto está en su modelo de seguridad urbana preventiva, que incluye el Anillo Digital (lectores de patentes), Puntos Seguros con botones de alerta y más de mil agentes adicionales desplegados desde 2025.
El patrullaje inteligente y la coordinación con el sistema judicial han hecho de Buenos Aires un caso de estudio en seguridad metropolitana.
Tendencia común, la seguridad como sistema, no como reacción
Estas seis ciudades demuestran que la seguridad no depende solo de cifras, sino de estrategias sostenidas:
- Inversión en tecnología y monitoreo.
- Proximidad comunitaria y confianza en las instituciones.
- Coordinación intergubernamental ante amenazas comunes (desde el crimen organizado hasta los desastres naturales).
Preguntas Latank para pensar:
1. ¿Qué pasaría si las ciudades más seguras no fueran las que más castigan el delito, sino las que mejor lo previenen?
2. ¿Estamos invirtiendo más en vigilar el miedo o en construir confianza entre ciudadanos y autoridades?
3. ¿Por qué seguimos creyendo que la seguridad es un privilegio… y no un derecho urbano básico?







