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Fin al crimen ecológico, México ‘pone dientes’ a la Ley Ambiental

Cárcel de hasta 20 años y responsabilidad empresarial: la histórica reforma a la Ley Ambiental que busca frenar la deforestación y el tráfico de especies en Áreas Naturales Protegidas

Desde la acelerada deforestación hasta el riesgo de extinción de especies únicas como la vaquita marina la ley ha dicho: ¡Basta!

De forma unánime, los Diputados mexicanos han dado un paso monumental que promete transformar la justicia ecológica: una reforma que convierte los delitos ambientales en crímenes de alto impacto, con penas que escalan drásticamente.

Este no es un simple ajuste legal; es una declaración de guerra contra la impunidad que ha permitido que el crimen organizado y corporativo se lucre a costa de la riqueza natural de México. Es una solución proactiva que alinea el país con las normativas internacionales y, lo más importante, pone el foco en la conservación de los ecosistemas más vulnerables.

 El equilibrio ecológico no se negocía

La reforma, aprobada por 460 votos a favor y turnada al Senado para su ratificación, es una narrativa de solución centrada en la disuasión efectiva.

Anteriormente, la mayoría de los delitos ambientales se castigaban con penas irrisorias de 1 a 9 años. La nueva ley sube la apuesta a 2 a 10 años, pero el verdadero cambio se ve en los agravantes que convierten un delito menor en un crimen severo, especialmente en las zonas más críticas:

Tráfico de Especies: El tráfico de especies emblemáticas, como la totoaba, ahora se castiga con 5 a 15 años de prisión y multas que pueden alcanzar los 12,000 días (más de 1.2 millones de pesos).

Áreas Naturales Protegidas (ANP): El desmonte, la tala o el cambio de uso de suelo en una ANP se castigará con 6 a 20 años de prisión y multas de hasta 10,000 días (alrededor de 1 millón de pesos, dependiendo del valor de la UMA). Si se usa violencia o armas, la pena puede ser de 8 a 15 años.

Fauna en Peligro: La muerte de especies catalogadas en peligro de extinción, amenazadas o bajo protección especial dentro de un ANP, tendrá penas adicionales de hasta cinco años de cárcel.

Las empresas ya no son Intocables: Ley Ambiental

Quizás el avance más significativo es la inclusión, por primera vez, de la responsabilidad penal para empresas o personas jurídicas que cometan delitos ambientales. Con esto, México homologa su marco penal con la mayoría de América Latina. Se acabó la figura del “chivo expiatorio”: las corporaciones que contaminan, deforestan o encubren actividades ilícitas deberán responder penalmente por sus actos.

La reforma cierra vacíos legales e incorpora nuevas figuras delictivas cruciales para la protección de ecosistemas frágiles, antes desprotegidos:

Descargas Ilegales: Se tipifican las descargas clandestinas de sustancias químicas o aguas residuales en mantos acuíferos.

Daños a manglares, humedales y arrecifes: Estos ecosistemas, esenciales como barreras naturales y refugio de biodiversidad, ahora están protegidos penalmente.

Incendios con fines de lucro: Se castigan los incendios provocados intencionalmente para cambiar ilegalmente el uso del suelo.

Encubrimiento y Financiamiento: Se penaliza a quienes financien o encubran el tráfico de especies y otros delitos.

El gran reto propositivo: garantizar los recursos

La aprobación unánime de la reforma es una historia inspiradora de consenso político en favor del bien común. Sin embargo, el debate no terminó allí. La oposición y varios legisladores señalaron, con razón, que el fortalecimiento de la ley debe ir de la mano con el fortalecimiento de las instituciones encargadas de aplicarla.

La Propuesta de Solución:

Legisladores de diferentes partidos advirtieron que “una política pública sin presupuesto es simplemente demagogia”. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor) operan con presupuestos limitados, falta de inspectores y guardaparques.

  • Dato de Interés: El presupuesto ambiental de México es uno de los más bajos de América Latina, a pesar de ser uno de los países más megadiversos del mundo.

Para que esta reforma histórica no se convierta en “letra muerta”, la innovación social debe enfocarse en la asignación de recursos suficientes y en la modernización de los órganos de procuración de justicia ambiental. Es imperativo que el Senado, al revisar la propuesta, asegure una partida presupuestal robusta que permita:

Capacitar a jueces, ministerios públicos e inspectores en el nuevo marco legal.

Aumentar la vigilancia en ANP y fronteras.

Tecnificar la detección y sanción de delitos (uso de drones, satélites).

¡Queremos escucharte!

  • ¿Crees que las penas de hasta 20 años de cárcel serán suficientes para disuadir a los criminales ambientales en México?
  • ¿Qué institución crees que debería recibir más presupuesto (Profepa, Conafor, Conanp) para aplicar esta nueva ley de manera efectiva?

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