En promedio, cada latinoamericano desperdicia 90–110 kg de comida al año, pero hay países que están cambiando la historia, aquí te mostramos los 4 con menor desperdicio per cápita
Por: Redacción Latank
El desperdicio de alimentos representa uno de los mayores desafíos ambientales y sociales de América Latina. Según datos recientes de la FAO, la región desperdicia en promedio entre 90 y 110 kg de alimentos por persona al año, aunque existen diferencias significativas entre países. Este informe identifica a las naciones latinoamericanas con menor nivel de desperdicio alimentario per cápita, analizando también los tipos de alimentos más descartados y las principales causas asociadas.

En el contexto regional, donde el desperdicio de alimentos sigue siendo un desafío económico y social, algunos países latinoamericanos destacan por registrar las cifras más bajas de desperdicio alimentario por persona.
Y no lo podemos negar, el desperdicio de alimentos sigue siendo un lastre económico y social significativo, sin embargo estos países latinoamericanos están demostrando un mayor compromiso con la responsabilidad alimentaria.
A modo de contraste, es importante notar que países con altos niveles de desperdicio como México (con aproximadamente 105 kg) o República Dominicana (cerca de 160 kg) muestran la magnitud del desafío. En el otro extremo se encuentran:
Argentina

En el Puesto #4 está Argentina, con un desperdicio per cápita de aproximadamente 72 kg (o 71.9 kg). Aquí, las causas se vinculan a ineficiencias logísticas y a los hábitos de compra de los consumidores. Al igual que en sus vecinos, se presume que el mayor desecho son las verduras, las frutas y otros productos básicos.
Colombia

Le sigue Colombia en el Puesto #3, reportando cerca de 70 kg de desperdicio por persona. En grandes ciudades como Bogotá, los estudios señalan que las frutas y verduras constituyen una porción significativa del despilfarro. Las causas predominantes son un eco de las de la región: se relacionan con las costumbres de compra y la falta de una conservación óptima de los productos.

Subiendo al Puesto #2 encontramos a Chile, con un registro de cerca de 68 kg (67.7 kg) per cápita. Aunque no hay un desglose oficial de los alimentos más tirados, es probable que la lista esté liderada por frutas, verduras y cereales. Las razones que influyen en estas cifras incluyen el mal manejo poscosecha y, una vez más, ciertos hábitos de consumo en el hogar.

Finalmente, el Puesto #1 lo ocupa Uruguay, la nación con el valor más bajo de desperdicio, estimado entre 36 y 40 kg por persona al año. Los datos uruguayos son particularmente detallados: las frutas y hortalizas frescas representan la mayor parte del despilfarro, sumando aproximadamente 30 kg per cápita. ¿Las causas? Compras excesivas, almacenamiento inadecuado y una falta de planificación de las comidas.
Perecederos y los hábitos en la comida
En general, la evidencia en estos países apunta a un factor común: los alimentos que más se tiran a la basura son los productos perecederos, es decir, frutas y verduras frescas, seguidos por panificados y cereales.
La alta perfectibilidad, o su tendencia a echarse a perder más rápido, de estos productos, combinada con prácticas como comprar sin una lista o almacenar de forma inadecuada, son los motores principales del desperdicio doméstico. A esto se suman factores logísticos como las deficiencias en la cadena de frío y el manejo poscosecha, especialmente relevantes en climas cálidos.
Por lo que reducir el desperdicio alimentario no es sólo un beneficio ambiental y económico, sino también un paso clave hacia la seguridad alimentaria regional. Fortalecer las políticas de educación alimentaria, mejorar las infraestructuras de almacenamiento y fomentar la economía circular resultan esenciales para seguir avanzando hacia una América Latina más sostenible y eficiente en el uso de sus recursos.
Preguntas para la reflexión:
- ¿De qué manera una mejor planificación de nuestras compras y almacenamiento en casa podría tener un impacto más grande que las mejoras en la logística industrial?
- ¿Qué campañas educativas o soluciones tecnológicas (como apps de gestión de inventario en el hogar) considera que serían más efectivas en su comunidad para abordar este problema específico?
- ¿Crees que la clave está en el nivel de desarrollo económico de un país o más bien en la cultura de consumo y la conciencia individual sobre el valor de los alimentos?







