México se suma a la tendencia mundial de un transporte limpio, con beneficios ambientales y sociales a largo plazo a través de una transición de electromovilidad
¿Te imaginas una ciudad donde el transporte público no contamine, sea silencioso y eficiente? Ese futuro ya comenzó a rodar por las calles de la Ciudad de México. Con la puesta en marcha de la Línea 3 del Metrobús 100% eléctrica, operada por Mobility ADO, la capital da un paso decisivo hacia la descarbonización urbana.
Durante años, el transporte ha sido uno de los mayores generadores de emisiones contaminantes en México, responsable de más del 25% de los gases de efecto invernadero, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente. El tránsito vehicular, además, es fuente constante de ruido y congestión. Ante este panorama, la electromovilidad se presenta como una solución tangible y escalable.
La Línea 3 del Metrobús, que recorre 20 kilómetros desde Tenayuca hasta Pueblo Santa Cruz Atoyac, es la primera en el país que opera exclusivamente con autobuses eléctricos de gran capacidad. Cada unidad puede transportar hasta 145 pasajeros y reducir a cero las emisiones locales de CO₂.
Los beneficios son múltiples:
- Cero emisiones contaminantes en la operación diaria.
- Menor contaminación acústica, mejorando la calidad de vida de vecinos y peatones.
- Ahorro en costos operativos frente a unidades diésel, gracias al menor precio de la electricidad.
Sin embargo, el reto es grande. La infraestructura de recarga debe ampliarse, y la adopción masiva requerirá inversión pública y privada, así como incentivos para acelerar la transición.
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