Colombia y Bolivia comparten estrategias innovadoras en el taller global RISE UP de ONU-Habitat, demostrando que la adaptación climática se construye desde lo local y comunitario.
La emergencia climática no espera, y las soluciones tampoco. Durante los días 6 y 7 de mayo, Madrid fue el epicentro de un diálogo global entre 15 ciudades del mundo que enfrentan amenazas climáticas crecientes. El encuentro, convocado por ONU-Habitat en el marco de su programa insignia RISE UP, reunió a representantes de África, Asia, Europa y América Latina para compartir aprendizajes sobre cómo construir resiliencia urbana desde lo local.
América Latina no llegó con las manos vacías. Las ciudades andinas de San Juan de Pasto (Colombia) y Charagua y Cobija (Bolivia) presentaron experiencias concretas de adaptación climática que apuestan por el liderazgo comunitario, las soluciones basadas en la naturaleza y el fortalecimiento institucional. Estos territorios, donde la desigualdad social y el cambio climático se cruzan a diario, están demostrando que la transformación es posible cuando se articula conocimiento local, visión política y cooperación internacional.
Desde lo comunitario hacia lo global
Las experiencias presentadas por Colombia y Bolivia destacan por poner a las personas en el centro de la respuesta climática. En estos territorios, RISE UP ha acompañado la creación de estrategias locales de resiliencia que integran recuperación ambiental, gestión de riesgos y adaptación climática con participación activa de la ciudadanía.
Además, se impulsaron soluciones basadas en la naturaleza como la restauración de ecosistemas y el uso sostenible del territorio, acciones clave para enfrentar eventos extremos como inundaciones, sequías y pérdida de biodiversidad. La colaboración interinstitucional permitió también el desarrollo de capacidades locales para planificar, financiar e implementar acciones de largo plazo.
12 aprendizajes para un futuro urbano resiliente
El taller global sirvió como espacio para consolidar un diagnóstico común. De la diversidad de experiencias surgieron 12 lecciones clave que marcan el camino hacia una resiliencia urbana efectiva y financiable. Entre ellas:
- Las ciudades están en la primera línea de la crisis climática, muchas veces con recursos limitados.
- Las comunidades más vulnerables cargan con el mayor impacto, mientras enfrentan barreras para acceder a soluciones sostenibles.
- La acción local existe, pero carece de respaldo político, técnico y financiero adecuado.
- Aún existen brechas entre los niveles de gobierno, lo que limita la implementación de estrategias climáticas.
- La participación comunitaria y el aprendizaje entre pares (Sur-Sur y Norte-Sur) son catalizadores del cambio real.
¿Cómo pasar del plan a la acción?
Una de las principales barreras identificadas es el acceso a financiamiento climático. Los procesos administrativos complejos y la falta de acompañamiento técnico dificultan que las ciudades traduzcan sus planes en proyectos concretos. En respuesta, el encuentro en Madrid exploró mecanismos para alinear las agendas locales con fuentes internacionales de financiamiento, garantizando que las estrategias de resiliencia no se queden en el papel.
“La resiliencia climática no es solo una meta técnica. Es una tarea política, social y económica que debe ser construida desde abajo hacia arriba”, destacaron los organizadores del taller.
El programa RISE UP, respaldado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Subfondo para la Agenda 2030 del Fondo Fiduciario de la ONU, busca acelerar la implementación del Acuerdo de París en ciudades vulnerables. Este encuentro en Madrid no solo consolidó una red global de colaboración, sino que reafirmó un mensaje: las ciudades son clave para enfrentar la crisis climática.