Purificación de agua en Latinoamérica: cómo la tecnología doméstica y comunitaria reemplaza el agua embotellada, mejora la seguridad sanitaria y reduce el impacto ambiental
Datos de valor:
- <1% del agua en el planeta es apta para el consumo humano.
- 145 millones de latinoamericanos consumen agua potencialmente contaminada en su vida cotidiana.
- 94% de los hogares cuentan con una fuente mejorada de agua, pero 1 de cada 3 depende del agua embotellada como principal fuente para beber.
- 10% del agua extraída de ríos y reservas subterráneas se destina a uso doméstico.
- 11 cafeterías de una cadena pueden reducir sus emisiones en 100 toneladas de CO₂ al año al implementar soluciones de purificación.
- 100 habitaciones de un hotel pueden evitar el desecho de más de 50,000 botellas de plástico al año.
- 200 toneladas de plástico terminan diariamente en el mar. 80% proviene de bebidas y empaques de la industria turística.
- +1,500 botellas de plástico al año evita cada purificador de agua instalado.
- 2,000 litros de agua puede requerir la fabricación de un solo kilogramo de plástico.
- 3,000 años puede tardar una molécula de agua en completar su ciclo de evaporación, precipitación y filtrado para ser apta para el consumo.
- 112.5 millones de botellas de plástico al año se evitan gracias a la comunidad de usuarios de Somos PURA.

Por Samantha Nolasco
Aunque la mayoría de la población de América Latina tiene acceso a fuentes mejoradas de agua, persisten brechas significativas en cobertura y calidad. Según la CEPAL, unos 161 millones de personas (25% de la región) carecen de acceso adecuado a agua potable gestionada de forma segura.
Datos de la OPS/OMS confirman cifras similares:
En 2024 unos 163,5 millones de latinoamericanos seguían sin servicio de agua gestionado de forma segura, y más de 145 millones consumían agua potencialmente contaminada.
A nivel general, alrededor del 94% de los hogares en América Latina y el Caribe disponen de una fuente mejorada de agua, pero un tercio de ellos solo confía en agua embotellada para beber.
Estas estadísticas reflejan brechas entre países y zonas urbanas/rurales, así como problemas de continuidad del servicio: por ejemplo, según el Barómetro de las Américas el 41% de hogares con conexión dijo carecer de agua suficiente en algún momento.
En este contexto, los métodos de purificación domésticos y comunitarios son soluciones claves para mejorar la seguridad del agua potable, especialmente en áreas rurales o periurbanas donde la red pública es limitada.
Vivimos rodeados de una paradoja. Nos preocupamos por el agua, cerramos el grifo al lavarnos los dientes y acortamos la ducha, pero seguimos dependiendo de un sistema que genera toneladas de plástico, explota nuestros recursos y, a menudo, nos entrega un producto de menor calidad a un costo altísimo. La solución, sin embargo, es más simple y accesible de lo que creemos: está en la tecnología de purificación, una herramienta capaz de transformar nuestra relación con el agua desde nuestro propio metro cuadrado.
Como explica Lucas Barrionuevo, cofundador de Somos PURA, en entrevista con Latank Media, el purificador de agua es “el gran capacitador de la sustentabilidad”.

Es la pieza clave que nos permite aprovechar el agua que ya llega a nuestra casa —ya sea de la red, de un pozo o incluso de la lluvia—, garantizando su calidad justo en el momento en que la necesitamos.
“El purificador de agua vendría a ser como la bicicleta para el uso del alimento. Es esa herramienta urbana que permite que el agua que ya te llega la aproveches más circularmente sin generar desperdicios, sin contaminar el agua por el envasado, bajando la huella de carbono. Es una herramienta muy práctica para accionar desde el metro cuadrado de cada uno para no quedarnos en mega declaraciones y sí poder empezar de a pasitos pequeñitos”.
El mito del agua embotellada
Durante años, la industria del agua embotellada nos ha vendido una idea: la única agua segura es la que viene en plástico. Esta desinformación ha sido la principal barrera para que millones de personas adopten soluciones más inteligentes y sostenibles. Pero aquí está la revelación: las tecnologías de purificación que usan las grandes embotelladoras son las mismas que puedes tener en tu hogar.
“Yo creo que la principal barrera para las personas es el desconocimiento, no conocen que tienen la posibilidad de purificar el agua. Lamentablemente ha habido mucha desinformación o información parcializada por parte de las embotelladoras de agua, principalmente, que han convencido a las personas de que si no toman agua envasada no pueden tomar agua de otra forma. Y lo más llamativo de todo esto es que las tecnologías de purificación que ellos usan son las mismas que tú puedes emplear en tu casa”.
Al instalar un purificador, no solo te liberas de un ciclo de consumo dañino, sino que obtienes múltiples beneficios:
- Agua de máxima calidad, al instante: al purificar el agua justo antes de consumirla, eliminas el riesgo de contaminantes adquiridos en el largo camino desde la planta de embotellado hasta tu casa, incluyendo microplásticos y PFAS (los ‘químicos eternos’) que pueden liberarse de los envases.
- Ahorro de tiempo, dinero y esfuerzo: se acaba la carga física y mental de comprar, transportar y gestionar garrafones, una labor que desproporcionadamente recae en las mujeres.
- Reducción drástica de tu huella ambiental: eliminas la necesidad de plástico de un solo uso, cuya producción tiene una huella hídrica descomunal (un kilo de plástico requiere hasta 2,000 litros de agua) y contribuye a la contaminación de nuestros océanos. Además, disminuyes tu huella de carbono.
En palabras de Lucas Barrionuevo, es una herramienta práctica para accionar desde lo individual, sino dando pasos pequeños y concretos.
“Tenemos que dejar esa dicotomía y entender que el agua es las dos cosas [un bien y un derecho] de una forma muy amplia, y ahí tener una conversación con todos los actores: gobierno, empresas y la sociedad civil. Porque no tiene sentido, no puede ser que en el lugar más remoto de Latinoamérica tengas una bodeguita con su publicidad de Coca-Cola y que llegue un camión a llevar Coca-Cola y no le estén hablando del poder que tienen de purificar su propia agua”.
Tecnología a escala: de tu casa a la industria global
La purificación es una tecnología escalable y versátil que Somos PURA ha desarrollado durante más de 40 años. Sus soluciones se adaptan a cualquier necesidad, funcionando como un sistema “LEGO” que puede ensamblarse para hogares y oficinas; hoteles y restaurantes, protegiendo sus sistemas hidráulicos del deterioro causado por la mala calidad del agua (como la corrosión de tuberías y el daño a equipos), asegurando la experiencia del huésped y evitando pérdidas económicas y de prestigio.
Además, un hotel de 100 habitaciones puede evitar más de 50,000 botellas de plástico al año. Una cadena de solo 11 cafeterías puede reducir sus emisiones en 100 toneladas de CO₂ anuales.
También implementan los sistemas en la industria para regenerar aguas residuales, desalinizar agua de mar o filtrar agua salobre, permitiendo su reutilización. Esto no solo cumple con normativas ambientales como las NOM-001, 002 y 003, sino que también genera oportunidades económicas a través de bonos de agua positiva. Esta tecnología tiene 200,000 clientes de Somos PURA en Latinoamérica que eligen una mejor calidad de agua.
- Impacto directo en tu hogar: cada purificador instalado evita el desecho de más de 1,500 botellas de plástico al año. El impacto ambiental positivo de un solo equipo equivale a plantar 4 árboles y neutralizar las emisiones de más de 1,000 autos.
- Ahorro y calidad garantizada: liberas del gasto constante y del esfuerzo físico de comprar garrafones. Restaurantes, por ejemplo, pueden lograr ahorros de hasta $120,000 pesos mexicanos al año simplemente por dejar de comprar agua embotellada. Además, eliminan el riesgo de contaminantes como microplásticos y PFAS (los ‘químicos eternos’) que pueden liberarse de los envases.
- 75,000 hogares y empresas en Latinoamérica han decidido tomar el control de su agua. Anualmente, esta comunidad evita que 112.5 millones de botellas de plástico terminen en vertederos y océanos.
La sed oculta de la vida moderna
Ahora que conocemos la solución, es crucial entender la magnitud del problema al que nos enfrentamos. Menos del 1% del agua del planeta es apta para consumo humano, y cada gota ha viajado miles de años para llegar hasta nosotros. Sin embargo, la estamos sobreexplotando a un ritmo alarmante, extrayendo agua de acuíferos que tardan cientos de años en regenerarse.
Nuestras decisiones diarias, a menudo sin que nos demos cuenta, tienen un impacto hídrico masivo. “Nosotros como sociedad civil, como consumidores, tenemos también el poder de ejercer desde nuestro metro cuadrado, nuestras acciones de consumo. Podemos elegir comprar local, podemos elegir consumir no ultraprocesados, no de grandes multinacionales. No estoy haciendo un llamado de sabotaje a eso, sino todo lo contrario, estoy haciendo un llamado al salvataje de nosotros mismos como especie. En definitiva, las grandes multinacionales deberían hacer lo mismo porque se van a quedar sin mercado”, enfatiza Lucas.
¿Qué casos de éxito de purificación hay en LATAM?
En Guatemala, el caso paradigmático son los filtros cerámicos Ecofiltro diseñados por Fernando Mazariegos. Esta tecnología social comercializó desde los 90 filtros para uso doméstico en familias rurales con dificultades de acceso. Su modelo de negocio (ventas en retail urbano subsidiando ventas rurales) ha permitido expandir su distribución. Para 2018 la fábrica guatemalteca producía 20,000 filtros/mes y exportaba a más de 15 países. Se estima que Ecofiltro ha provisto agua purificada a cientos de miles de familias, disminuyendo enfermedades diarreicas. La tecnología ha sido certificada como Empresa B y funciona como ejemplo global de solución local escalable.
En Perú, los filtros cerámicos comunitarios, un estudio reciente en zonas altoandinas del Perú analizó la implementación de filtros cerámicos con plata en comunidades rurales. Se comprobó que estos filtros eliminan más del 99% de bacterias, constituyendo una solución técnicamente viable y asequible. Los autores destacan que el éxito radica en la apropiación cultural (apoyo de líderes locales) y en adaptar el diseño a condiciones locales. Así, la iniciativa mejoró el acceso al agua potable en comunidades aisladas, reduciendo enfermedades y fortaleciendo capacidades locales.
¿Qué son los sistemas comunitarios de captación y tratamiento?
Además de los métodos individuales, existen soluciones a escala comunitaria para mejorar el acceso al agua segura. Una estrategia clave es la captación de agua de lluvia. Los sistemas de captación de agua de lluvia recogen la lluvia de techos (casas, escuelas, iglesias, etc.) y la conducen a cisternas mediante canaletas y tuberías. El agua así captada pasa por filtros básicos (piedras, arena, carbón) antes de almacenarse. Con un tratamiento adecuado adicional, esta agua puede usarse para consumo humano. Los sistemas de captación de agua de lluvia reducen la dependencia de fuentes escasas y fomentan la gestión colectiva del recurso, sirviendo también para riego o higiene comunitaria en épocas secas. Según CityAdapt, estos sistemas pueden diseñarse en áreas rurales y urbanas, fortaleciendo la resiliencia ante sequías.
Otra opción comunitaria son las plantas o biofiltros de potabilización centralizados. Por ejemplo, se han instalado en algunas comunidades rurales tanques elevados donde se agregan cloro de forma controlada para tratar el agua antes de su distribución doméstica. También se usan filtros de bioarena comunitarios (filtros lentos de arena biológica) similares a los domésticos pero de mayor escala. Practical Action describe cómo estos biofiltros —con lecho de arena y capa biológica— permiten eliminar microbios y turbiedad usando materiales locales.
La gestión comunitaria suele encargarse del mantenimiento y recaudar fondos. En los casos exitosos, la capacitación a las juntas locales es crucial: p.ej. en Cajamarca (Perú) un proyecto juntó a autoridades municipales y organizaciones locales para capacitar a 16 comités rurales en cloración y desinfección de sus sistemas de agua. Gracias a estos esfuerzos, esas comunidades mejoraron la calidad bacteriológica del agua y redujeron enfermedades gastrointestinales.
Para impulsar la reflexión, te dejamos tres preguntas:
- Sabiendo que la tecnología para purificar tu propia agua es la misma que usan las embotelladoras, ¿qué te impide hacer el cambio hacia un modelo más sostenible, económico y saludable?
- Si las industrias pueden regenerar y reutilizar el agua a gran escala, cumpliendo normativas y generando beneficios económicos, ¿qué se necesita para que esta práctica se convierta en el estándar y no en la excepción?
- Considerando el poder que tienes como consumidor, ¿qué marcas o empresas empezarás a apoyar (o a dejar de apoyar) basándote en su compromiso real con la gestión sostenible del agua?
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