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“Las Chelemeras”, mujeres protectoras del manglar en Yucatán

En Chelem, Yucatán, un grupo de mujeres conocidas como Las Chelemeras logró restaurar el manglar degradado usando técnicas locales e hidrológicas

Por Samantha Nolasco

Lo que empezó con 14 mujeres ahora son numerosos voluntariados que suman hasta 200 personas que trabajan una técnica local para darle vida, mantenimiento y restaurar el manglar afectado en la península por la actividad humana.

Numeralia:

  • 394 a 650 toneladas de carbono por hectárea, es la cantidad de carbono que almacenan los manglares, superando por mucho a los bosques terrestres.
  • 147,256 km²: extensión global de manglares en 2020 (sigue disminuyendo).
  • México es 4to lugar mundial en extensión territorial de manglares
  • 43% de la pérdida de manglares es causada por la conversión a acuacultura industrial, plantaciones de palma
  • 70% de reducción en la altura de las olas que pueden generar los manglares durante tormentas, funcionando como un muro natural.
  • 800 mil millones de juveniles de peces, camarones y crustáceos sustentan los manglares cada año, siendo la base de seguridad alimentaria costera.
  • 85,000 hectáreas de manglar degradado se estima que está es la superficie en condiciones críticas solo en la península de Yucatán, México.

La península de Yucatán alberga el 60% del manglar de México, un país privilegiado en extensión de este ecosistema. Sin embargo, la vasta extensión de manglar se enfrenta a una grave crisis de degradación y deforestación. Se estima que hay alrededor de 85,000 hectáreas de manglar degradado solo en la península de Yucatán. Esta situación, aunque crítica, se presenta como una oportunidad crucial para restaurar y contribuir significativamente a la mitigación del cambio climático.

Así nos los hace saber Jorge Herrera Silveira, investigador titular del Cinvestav Mérida en el Departamento de Recursos del Mar, quien además forma parte del Proyecto MangRes de la UNESCO, el cual se enfoca en la restauración de manglar en siete reservas de la biósfera a lo largo de Latinoamérica, incluyendo a México, Cuba, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y El Salvador. 

“México es privilegiado, México tiene el cuarto lugar en extensión de manglar. La península de Yucatán tiene el 60% del manglar, pero también tiene mucha área degradada. Pero eso hay que transformarlo en una oportunidad de restaurar y contribuir de manera significativa a la mitigación del cambio climático, precisamente porque el manglar puede capturar grandes toneladas de CO2​ y secuestrarlo en sus estructuras”, refiere en entrevista con Latank Media.

La degradación del manglar es causada principalmente por la actividad humana, resultado de malas planeaciones e, incluso, la falta de conocimiento sobre el funcionamiento de este ecosistema. La pérdida de estos hábitats conlleva la pérdida de los bienes y servicios que proporcionan, aumentando la vulnerabilidad de las comunidades costeras.

Desde hace aproximadamente 20 años, se ha trabajado intensamente en la investigación y la práctica de la restauración de manglares en Yucatán. Uno de los sitios más afectados y a la vez más importantes es el puerto de Progreso, el principal puerto del estado, donde más del 80% del manglar está en condiciones críticas

¡AQUÍ VIENE LA HISTORIA!

En esta zona ha trabajado un grupo emblemático de 14 mujeres originarias del puerto de Chelem, al oeste de Progreso, que se autodenominan “las chelemeras”. Estas mujeres de edades entre los los 30 y los 75 años comenzaron su labor hace 15 años se unieron a científicos del Cinvestav y la organización The Nature Conservancy, y su constancia y éxito en la recuperación del ecosistema de su comunidad les han valido el reconocimiento y la obtención de premios internacionales.

Su solución se centró en la restauración hidrológica, excavaron canales y tarquinas (surcos) para restablecer el flujo natural del agua de mar hacia los humedales interiores. Esta acción permitió que el manglar regenerara 90% del flujo hidrológico en las áreas intervenidas de forma natural. En tres años recuperaron 60% del bosque en la Curva de Yucaltepen, y en la Ciénega de progreso, a un costado de la Pista de Canotaje de progreso, usando restauración hidrológica.

Ahora el modelo es invitar a las personas a que hagan voluntariado para salvar al manglar.  De una iniciativa de 14 mujeres ahora se conforman grupos de hasta 200 voluntarios que trabajan en el rescate del manglar.

Jorge Herrera Silveira, investigador titular del Cinvestav Mérida en el Departamento de Recursos del Mar.

Con estas acciones se ha logrado:

  1. Aprender a reconocer especies de mangle
  2. Medir la salinidad
  3. Comprender el papel de los bosques como barreras contra huracanes
  4. Multiplicar el conocimiento  con recorridos educativos.
  5. Demostrar que la restauración comunitaria es más barata y efectiva que la construcción de diques. 

Su ejemplo ha influido en programas gubernamentales de Yucatán que ahora financian proyectos de restauración en otras comunidades costeras.

“Hacer canales, desazolvar canales, replantar, reforestar requiere un esfuerzo físico considerable. Entonces, un voluntariado dura alrededor de tres horas… y con tiempo la gente sale muy cansada y realmente se da cuenta de la importancia de esta actividad. Sí, puedo decir con mucho orgullo que hemos sido 100% exitosos, es decir, en cada sitio que hemos intervenido hemos logrado avanzar en la restauración”, dice convencido el investigador titular del Cinvestav y que es parte activa en los voluntariados.

“Nosotros estamos convencidos que la investigación debe llevarse a acciones concretas. Sí, deben de aterrizarse en soluciones a los problemas. Siempre estamos investigando porque cada sitio de restauración es un sitio diferente. Llamamos nosotros es un traje hecho a la medida, por lo tanto, aprendemos de cada sitio y lo que aprendemos de cada sitio lo llevamos a la práctica en los siguientes sitios que intervenimos”.

Carbono azul y acuicultura integrada

El concepto de carbono azul (la captura de CO2​ por ecosistemas marinos y costeros) está abriendo nuevas vías de financiamiento, como en Vietnam, el modelo de Integrated Mangrove Aquaculture (IMA) está en auge. Consiste en cultivar camarones y peces en espacios que alternan con árboles de mangle. Esto no solo restaura el ecosistema, sino que lo hace financieramente viable. El informe State of the World’s Mangroves 2024 sugiere que este modelo podría restaurar 500,000 hectáreas en el sudeste asiático y generar 1,500 millones de dólares al año.

En Maharashtra, India, las mujeres crearon grupos productivos que cultivan cangrejo de fango en parcelas de manglar restaurado. La clave es que, al cultivar los cangrejos, las mujeres se convierten en vigilantes del ecosistema, cuidando los canales y sembrando propágulos para asegurar la salud del manglar y, por ende, de su negocio.

En Colombia, la asociación Raíces del Manglar en Tumaco recuperó 15 hectáreas de manglar y, para sostener la conservación, inauguró un restaurante comunitario donde venden mariscos de pesca sustentable. De manera similar, en México y Centroamérica, las comunidades con manglares de Yucatán y otras regiones están explorando el ecoturismo y aviturismo como fuentes de ingreso.

¿Por qué son tan vitales los manglares y qué rol cumplen en la mitigación del cambio climático?

Los manglares son mucho más que un conjunto de árboles en la costa, son ecosistemas únicos que operan como la bisagra entre los mundos terrestre y marino. Su supervivencia es fundamental para la estabilidad climática global y para el bienestar de millones de personas en las costas.

Internacionalmente, los manglares son reconocidos como campeones en la mitigación del cambio climático debido a su asombrosa capacidad de capturar y almacenar carbono, fenómeno conocido como carbono azul

Una hectárea de manglar puede almacenar hasta 1,000 toneladas de biomasa de carbón en su vegetación y, crucialmente, en su suelo, superando entre tres y diez veces la capacidad de los bosques tropicales más densos, como el Amazonas. Este carbono puede permanecer secuestrado durante siglos o incluso milenios en el suelo anegado y salobre del manglar. 

Al ser uno de los sumideros de dióxido de carbono (CO2​) más eficientes, su degradación no sólo implica la pérdida de un ecosistema, sino la liberación de grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera, exacerbando la crisis climática.

“También es importante porque reduce la vulnerabilidad de las comunidades, porque al crecer el manglar se convierte en una barrera de los eventos de cambio climático como las tormentas y los huracanes”, destaca Jorge Herrera Silveira.

Así actúan como una primera barrera contra la erosión, los vientos y el embate de las mareas de tormenta y huracanes, cuya intensidad se ha incrementado por el cambio climático. 

Reducen la altura de las olas hasta en un 70% durante eventos extremos, protegiendo infraestructura y vidas. En el contexto de la península de Yucatán, donde la vulnerabilidad a los huracanes es alta, la presencia de manglar es indispensable para la seguridad de las comunidades costeras.

¿Por qué la pérdida de los manglares amenaza la seguridad y la economía de las comunidades costeras?

La desaparición de los manglares está directamente vinculada a la pérdida de servicios ecosistémicos esenciales, lo que aumenta la vulnerabilidad socioeconómica de las comunidades. En la península de Yucatán, las malas planeaciones y los desarrollos inmobiliarios costeros han sido factores clave en la degradación del manglar.

“La limitante siempre han sido los recursos… hemos insistido mucho en que quienes deben de poner parte de ese recurso son quienes han causado el deterioro. Y quienes han causado el deterioro son principalmente la iniciativa privada. Con la construcción de hoteles, los desarrollos inmobiliarios costeros”

Cuando los manglares se pierden, las consecuencias son inmediatas y profundas, la ausencia del manglar deja a las comunidades costeras expuestas a las inundaciones y a la furia de los eventos meteorológicos.

“Si sacamos cuentas, solamente del 1% de las ganancias anuales de estos grupos, serían millones de pesos que se podrían poner en la restauración”

Los manglares funcionan como criaderos y refugio para el 80% de las especies marinas de importancia comercial. Su colapso conlleva el desplome de las poblaciones de peces, camarones y crustáceos, impactando directamente la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de familias que dependen de la pesca artesanal.

“Siempre hacemos un llamado a que la iniciativa privada se involucre, participe, porque es la primera que se ve beneficiada con que los ecosistemas estén conservados y también es la primera afectada cuando los ecosistemas se degradan”

También filtra sedimentos y nutrientes, manteniendo la calidad y transparencia del agua. En el Caribe, esta función es vital para la supervivencia de los arrecifes de coral y los pastos marinos, ecosistemas que están intrínsecamente conectados. La pérdida del manglar conduce a la turbidez y a la contaminación, afectando todo el sistema marino.

Sin duda la resiliencia de estos ecosistemas depende de la resiliencia de las comunidades que los habitan y el hacer proyectos regenerativos es ser parte de ellos, además de que te suma a una comunidad en el mundo que está haciendo la diferencia.

Preguntas para pensar LATANK:

  • Si los manglares almacenan hasta 10 veces más carbono que los bosques terrestres (1,000 toneladas por hectárea), ¿por qué los mecanismos globales de financiamiento climático (como los bonos de carbono) aún no priorizan el “carbono azul” de los manglares de Yucatán y de la región al nivel necesario para detener su pérdida?
  • ¿Cómo se puede obligar o incentivar a la iniciativa privada (turismo, desarrolladores costeros) que se beneficia directamente de las costas saludables a invertir un porcentaje fijo de sus ganancias en la conservación y restauración, en lugar de depender únicamente de fondos gubernamentales o donaciones internacionales?

Comments

Francisco A. Comin
11/10/2025

Gran grupo de mujeres, Las Chelemeras, trabajando en la restauracion de manglares por el bien del planeta. Merecen respeto y reconocimiento

Karla Reyes
14/10/2025

¡Hacen una gran labor!

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