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Copenhague, la capital danesa, conocida por su diseño vanguardista, se enfrenta a una doble amenaza: el aumento del nivel del mar y las lluvias torrenciales.

Copenhague es la ‘ciudad esponja’ con una solución milenaria

Cómo un viejo concepto chino se convierte en la solución de la capital danesa, Copenhague, contra las inundaciones del cambio climático

Como si fuera una ciudad que respira, que se expande y se contrae para absorber las inundaciones sin ahogarse, Copenhague, la capital danesa, conocida por su diseño vanguardista, se enfrenta a una doble amenaza: el aumento del nivel del mar y las lluvias torrenciales.

Sin embargo, en lugar de construir muros, la ciudad ha recurrido a una antigua solución asiática para su futuro: el concepto de “ciudad esponja”. Este innovador enfoque de diseño urbano es una lección de resiliencia y demuestra que la respuesta a los grandes desafíos climáticos a menudo reside en la creatividad y la innovación social.

La amenaza que llegó con la lluvia

El cambio climático no es una amenaza abstracta en Copenhague. Las inundaciones son una realidad cada vez más frecuente. La solución tradicional sería la construcción de infraestructura gris, como grandes sistemas de alcantarillado o barreras de concreto. Sin embargo, Copenhague está apostando por una vía diferente, una que no solo protege a sus habitantes, sino que mejora su calidad de vida y crea espacios públicos más atractivos.

El proyecto de “ciudad esponja” transforma la ciudad en un sistema vivo:

  • Espacios verdes inteligentes: Parques, jardines y techos verdes actúan como depósitos naturales, absorbiendo el agua de lluvia y liberándola lentamente.
  • Pavimentos permeables: Calles y plazas se diseñan con materiales que permiten el paso del agua hacia el subsuelo, recargando los acuíferos en lugar de sobrecargar el alcantarillado.
  • Canales y estanques: Se crean cuencas de detención y canales que no solo gestionan el agua, sino que también se convierten en lagos y jardines, añadiendo un valor estético y recreativo a la ciudad.

Esta estrategia está alineada con iniciativas globales como la Alianza Baukultur de Davos, que promueve la planeación urbana circular y resiliente. Es un modelo que otras ciudades vulnerables al cambio climático podrían replicar.

Una ciudad para las personas

El proyecto de Copenhague va más allá de la simple gestión del agua; es una solución que integra el bienestar de los ciudadanos. Un ejemplo de esto es la creación de la Plaza Tåsinge. Lo que solía ser un estacionamiento se transformó en un parque con una cancha de baloncesto y una zona de juegos, diseñado para almacenar hasta 3,000 metros cúbicos de agua de lluvia en caso de inundación.

El cambio no se limita a las grandes obras. Cada jardín, calle y plaza se piensa para gestionar el agua de una manera que beneficie a la comunidad. Copenhague está redefiniendo lo que significa ser una ciudad del futuro: un lugar donde la infraestructura no se impone, sino que se integra de manera orgánica con la vida diaria de las personas. La ciudad está demostrando que las soluciones a la crisis climática no tienen por qué ser grises y aburridas, pueden ser verdes, sostenibles y, sobre todo, inspiradoras.

Preguntas para pensar:

  • ¿Qué otros ejemplos de “ciudades esponja” conoces en Latinoamérica o el mundo?
  • ¿Crees que este modelo podría aplicarse a las ciudades de tu país que sufren de inundaciones?
  • ¿Qué tipo de innovaciones urbanas te gustaría ver en tu ciudad para hacerla más sostenible?

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