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El Río Pato, antes inaccesible por el conflicto armado, es hoy uno de los mejores del mundo para rafting y símbolo de turismo de paz en Colombia

¿Cómo el ecoturismo sembró paz en Caquetá, Colombia?

El Río Pato, antes inaccesible por el conflicto armado, es hoy uno de los mejores del mundo para rafting y símbolo de turismo de paz en Colombia

Por Samantha Nolasco

Datos de interés:

  • Caquetá es conocido como “el oro verde de Colombia”.
  • El equipo “Remando por la paz” representó a Colombia en dos mundiales de rafting (Australia en 2019 e Italia en 2023) y un Panamericano en Chile (2024).
  • En 2018 la capacitación inicial del SENA, los formó como guías de turismo.
  • La ONU, en su rol de verificadores del Acuerdo de Paz, los conectó con Rafael Gallo, un pionero del turismo de aventura y fundador de la primera compañía de rafting en Costa Rica.
  • En 2019 nacimiento de Caguán Expeditions y “Remando por la Paz” de 26 participantes, 9 completaron la capacitación para ser guías de rafting.
  • Río Pato es uno de los 10 mejores ríos del mundo para rafting.

El 26 de septiembre de 2016, Colombia amaneció con un aire distinto. El país vivía la firma del Acuerdo de Paz, un momento que abría un horizonte de posibilidades.

En Miravalle, San Vicente del Caguán, una zona históricamente marcada por el conflicto, se concentraron casi 200 excombatientes para iniciar su reinserción. En el ambiente, se respiraba la incertidumbre del futuro, pero también el deseo de construir algo nuevo.

Mientras se acercaban los últimos días de la dejación de armas, la pregunta sobre qué harían después, flotaba en el aire. Los proyectos iniciales se centraban en la agricultura con la siembra de yuca, plátano o la cría de pescado, pero en medio de proyectos agrícolas, la belleza del Caguán, sus cañones y el Río Pato hicieron eco en la mente de Carlos Ariel García, director y  cofundador del proyecto Caguán Expeditions. 

“En el 2017 inicia toda la fase de desmovilización, desarme y reintegración a través de 26 puntos en Colombia, donde grupos de guerrilla se agrupaban y allí hacían todo el proceso de dejación de armas. En mi caso, estuve acompañando desde la oficina del Alto Comisionado para la Paz como enlace en el terreno entre Bogotá y Miravalle en San Vicente del Caguán. Mi tarea fue acreditar la dejación de armas de ellos y acompañar un poco todos esos primeros pasos hacia el tránsito de una vida civil”, relata Carlos Ariel en entrevista con Latank Media.

¿Por qué el Río Pato en Colombia es el protagonista de esta historia?

El Río Pato, una corriente de aguas bravas que, por años, había sido una frontera inaccesible y solo transitada con permiso militar o guerrillero estaba a punto de convertirse en mucho más que eso. El director de Caguán Expeditions, amante de los deportes ya había practicado rafting y vio el inmenso potencial del Río Pato, y para su sorpresa, los líderes excombatientes acogieron la idea con entusiasmo y así, Caguán Expeditions comenzó a tomar forma, como un operador turístico compuesto por firmantes, comunidades campesinas, locales, con orígenes de vida diversos.

Como es la experiencia de José David Gamboa, quien creció en Miravalle, San Vicente del Caguán, un territorio profundamente afectado por el conflicto armado y la presencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).

La comunidad de San Vicente del Caguán vivió señalamientos por parte del Ejército y acusaciones infundadas de insurgencia, lo que llevó a la familia de José a ser desplazada temporalmente de su finca.

Con la firma del Acuerdo de Paz, Miravalle fue designada como Zona Veredal de Transición y Normalización (ZVTN), y la llegada de los firmantes de paz fue bien recibida por la comunidad, incluso con celebraciones. A finales de 2017 cuando Carlos Ariel invitó a José David a practicar rafting en el Río Pato –-el río que antes era intransitable– se ganó una batalla hacia la vida civil, que no fue fácil, pues estuvo llena de aprendizajes y sustos por la falta de técnica en el rafting, pero que gustó mucho a la comunidad.

“Creemos que el turismo también debe repensarse desde una perspectiva de cómo damos la voz a quienes vivieron una historia particular, también de cómo el turismo debe ser de las comunidades, porque en esos territorios que han sufrido del abandono por la guerra, sean esas misma comunidades que lo han padecido quienes tengan esa primera oportunidad de favorecerse ¿cierto?

En que busquemos mostrar el lado positivo, en este sentido sin desconocer que hubo un dolor, y a partir de reconocer eso, es como también se plantea una nueva propuesta de sociedad, de comunidad”, nos relata el cofundador de Caguán Expeditions.

¿Cómo se consolidó la iniciativa?

El proceso no fue simple. Comenzó en 2018, con la primera capacitación del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), que les dio las bases de guías de turismo, aunque la técnica de remo aún era un desafío. La serendipia llegó de la mano de la ONU, que los conectó con Rafael Gallo, pionero del turismo de aventura en Costa Rica y experto en rafting. Tras navegar el Río Pato, Gallo no dudó en calificarlos como un río de clase mundial para el rafting, pero subrayó una necesidad: la formación era crucial.

Dos instructores costarricenses viajaron a San Vicente del Caguán para una capacitación intensiva de un mes, sentando las bases de lo que se convertiría en Caguán Expeditions. En 2019, 26 firmantes y miembros de la comunidad local iniciaron la formación, y nueve de ellos completaron el riguroso entrenamiento. Así nació no solo una empresa de turismo, sino un movimiento.

“Para nosotros, el turismo no era un fin en sí mismo, ni sólo una fuente de ingresos. Era, desde sus inicios, una poderosa herramienta de transformación del territorio. Se trataba de conectar a las personas, de desestigmatizar lugares golpeados por la guerra, de mostrar una naturaleza virgen con nuevas voces y ojos. El turismo se convirtió en una vía para generar arraigo en los jóvenes, para construir paz desde lo comunitario y para recomponer, reconstruir y reconciliar el tejido social”, explica Carlos Ariel.

De esta visión nació el equipo deportivo “Remando por la Paz”, el mismo grupo de guías de río de Caguán Expeditions. Su mantra se convirtió en llevar su mensaje de paz mucho más lejos de las aguas del Pato.

¿Por qué son ganadores en remar por la paz?

Con la formación avanzada, el equipo tomó un nombre que capturaba su esencia: “Remando por la Paz”. Su debut fue tan simbólico como inspirador: gracias a la escuela de Gallo, fueron invitados al Mundial de Rafting en Australia en 2019. 

Aunque no tenían experiencia en competencias, su presencia se convirtió en un potente mensaje. “Cambiamos los fusiles por los remos”, se convirtió en su lema, una frase que resonó más allá de las fronteras de Colombia. Quedaron en el puesto 13 de 16, pero el resultado deportivo fue lo de menos; lo que lograron fue construir puentes, amistades y una narrativa de reconciliación en un escenario global.

Desde ese entonces, han participado en dos mundiales, un panamericano y cinco campeonatos nacionales, incluyendo categorías mixtas y con para-atletas. Recientemente, el equipo femenino se llevó el segundo lugar en el Panamericano de Chile y han creado una Escuela de Rafting Infantil y Juvenil, sembrando en las nuevas generaciones la semilla del amor por el territorio y una forma de construir paz desde el deporte.

¿Por qué los desafíos no terminan?

Aunque el impacto de este proyecto en la vida de las personas ha sido tangible y profundamente sanador, les ha abierto una nueva visión del mundo, les ha permitido construir amistades a lo largo del mundo y aportar a sus comunidades desde nuevas habilidades y destrezas el camino no ha sido fácil.

“Nuestro proyecto se ha movido constantemente entre obstáculos y situaciones complejas.”

“Hemos lidiado con los retos de la implementación de los Acuerdos de Paz, con las inclemencias climáticas que nos paralizan, con los picos de la pandemia, con paros nacionales, e incluso con situaciones de orden público y reagrupamientos de grupos armados. Lamentablemente, hemos perdido jóvenes por diversas situaciones y accidentes”, nos comparte el fundador.

La historia más reciente y dolorosa es el desplazamiento forzado que sufrió la comunidad firmante de Miravalle el año pasado, obligándolos a reubicarse a casi tres horas al sur, en El Doncello, Caquetá. A pesar de esta adversidad, se tomó una decisión valiente: permanecer con el proyecto turístico en San Vicente del Caguán, explorando una nueva sección del Río Pato, (el bajo Pato). 

“Estamos reiniciando, formando nuevos guías de la comunidad campesina local y explorando nuevas rutas. Queremos dejarnos llevar por ese curso natural de lo que es construir un territorio de manera colectiva, que tiene su ritmo propio a pesar de todos los desafíos, nuestro espíritu se mantiene inquebrantable. Existe un compromiso y una decisión colectiva de continuar, de sostenerse, de adaptarse y de ser resilientes.

Creemos que este es nuestro legado: demostrar que se pueden construir nuevas condiciones para el futuro, hecho con amor y mucho respeto hacia las personas y la naturaleza”.

La visión para Caguán Expeditions 2.0 es profundizar el conocimiento y amor por los ríos y seguir explorando rutas de rafting en el Río Caguán, en sus cañones, conservando estos ecosistemas y promoviendo una cultura de río desde el enfoque científico y construir alrededor política pública que lleve mayores satisfacciones a sus pobladores.

Y ahora te preguntamos a ti:

¿Qué otros ejemplos de proyectos de innovación social en Colombia y Latinoamérica consideras que están transformando sus territorios?

¿De qué manera el turismo sostenible puede ser un motor de reconciliación en otras zonas del mundo afectadas por conflictos?

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