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Los trastes de rehuso han marcado la diferencia.

¿El fin de la basura comestible? Lo que hay detrás del cambio en la cesta del mandado

En España, el traste reutilizable, la inflación y la conciencia son la receta insospechada para un consumo más inteligente y menos desperdicio comestible

Cada segundo, una cantidad de comestible equivalente a llenar un camión de basura se desperdicia en España. Sin embargo, algo está cambiando. Por cuarto año consecutivo, los hogares españoles están tirando menos comida, con una reducción del 21% desde 2020. ¿Qué está detrás de este cambio? La respuesta está en la mesa de cada familia y en la forma en que el mercado está respondiendo a una nueva exigencia ciudadana.

De la abundancia al consumo consciente

El informe del Ministerio de Agricultura reveló que, en 2024, los hogares españoles tiraron 1.125 millones de kilos de alimentos, una cifra impactante que, afortunadamente, está en declive. La principal causa: el aumento de los precios. La inflación ha hecho que los ciudadanos valoren más cada euro invertido en la cesta de la compra, obligándolos a planificar, aprovechar y reutilizar. Este factor económico, aunque doloroso, ha actuado como un catalizador para hábitos más sostenibles.

Pero no todo es una cuestión de dinero. El informe también destaca la creciente conciencia social y el teletrabajo como factores clave. El uso del “táper” se ha convertido en un símbolo de este cambio cultural, permitiendo a las personas llevar sobras al trabajo y evitar el desperdicio. Las familias españolas ahora tiran un promedio de 23.6 kilos de comida por persona al año, una cifra notablemente inferior a los 72 kilos promedio en la Unión Europea.

Solución comestible del futuro

El reto del desperdicio alimentario no se resuelve solo con buenas intenciones. Aquí es donde entran en juego la innovación y las soluciones sociales que están ganando terreno.

  1. Plataformas de consumo circular: empresas y startups como Too Good To Go o Olio están conectando a consumidores con restaurantes y supermercados para rescatar alimentos que, de otro modo, irían a la basura. Estas aplicaciones ofrecen “packs sorpresa” a precios reducidos, combatiendo el desperdicio y ofreciendo una alternativa económica a los compradores.
  2. Tecnología en el hogar: la próxima generación de refrigeradores inteligentes y dispositivos de conservación de alimentos podría alertar a los usuarios sobre la fecha de caducidad, sugerir recetas con los ingredientes disponibles o ajustar la temperatura para prolongar la vida útil de los productos.

La disminución de alimentos en la basura en España es una prueba de que, cuando la economía, la tecnología y la conciencia se alinean, se pueden generar cambios significativos y a gran escala.

Preguntas para la conversación:

  • ¿Qué otros hábitos o tecnologías podrían ayudarnos a reducir aún más el desperdicio de alimentos en nuestros hogares?
  • ¿Has notado un cambio en tu forma de comprar y consumir desde la subida de precios? ¡Comparte tu mejor truco para evitar tirar comida!

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