El nuevo decreto prohíbe el uso comercial y extractivo de delfines y orcas, posicionando a México a la vanguardia de la ética ambiental y la innovación social
Tras años de debate y una lucha que se extendió por 14 años, el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó el 16 de julio de 2025 un decreto histórico que transforma radicalmente nuestra relación con los mamíferos marinos.
Este no es solo un ajuste legal; es una declaración de principios, una muestra de innovación social y conciencia ambiental que posiciona a nuestro país como un referente global.
Por demasiado tiempo, especies carismáticas como delfines, orcas y lobos marinos han sido tratadas como “mercancía de exhibición” o instrumentos de “lucro” en espectáculos fijos o itinerantes.
Desde la Cámara de Diputados se articuló la preocupación general al señalar que su cautiverio con fines recreativos.
representa una afectación directa a su bienestar”.
Esta práctica impide el desarrollo de sus capacidades naturales y ha documentado “condiciones de maltrato, alimentación deficiente y estrés crónico”. Un dato alarmante es que 8% de los delfines en cautiverio del mundo se encuentra en México, lo que subraya la magnitud y urgencia de esta reforma.
El nuevo decreto, resultado de la aprobación unánime de la Cámara de Diputados con 415 votos a favor y enriquecido por el Senado, reforma y adiciona los artículos 47 Bis 4, 60 Bis, 122 y 127 de la Ley General de Vida Silvestre. Sus pilares son claros y contundentes:

Prohibición total del aprovechamiento extractivo y comercial: se prohíbe el uso de ejemplares de mamíferos marinos para aprovechamiento extractivo, ya sea de subsistencia o comercial. Esto significa el fin de los espectáculos fijos o itinerantes, y de cualquier actividad con fines de lucro o entretenimiento.
Adiós a la reproducción forzada: la diputados también enfatizaron que las reformas buscan “terminar con la reproducción forzada”, una práctica que perpetuaba el ciclo del cautiverio.
Excepciones con foco en la ciencia y conservación: la ley sólo permitirá la captura y posesión para fines muy específicos:
Investigación científica orientada a la protección y conservación de la especie y población, siempre avalada por una institución académica o de investigación con registro oficial y un protocolo autorizado.
Reproducción para la conservación a través de la recuperación, reintroducción y repoblación de especies amenazadas o en peligro de extinción.
Ejemplares rescatados y depositados por autoridades competentes, bajo la estricta condición de no tener fines de lucro.
Condiciones DIGNAS para cetáceos: para especies del grupo de los cetáceos, la ley exige que sean ubicados en corrales marinos y no en instalaciones de concreto como albercas o estanques. En caso de imposibilidad geográfica, deben permanecer en instalaciones abiertas con intercambio de agua del exterior (por mareas o bombeo). Para emergencias, se permite el traslado temporal a instalaciones sin contacto directo con el mar para garantizar su integridad.
Sanciones severas: el incumplimiento de estas disposiciones se clasifica como una infracción grave, con multas que van de 200 a 75,000 veces la Unidad de Medida y Actualización. Este rigor busca asegurar que la ley no sea letra muerta.
Una transición hacia el respeto
El decreto, que entrará en vigor el 17 de julio de 2025, también contempla una transición ordenada. Los propietarios y poseedores de mamíferos marinos tienen 90 días naturales para entregar un inventario detallado de sus ejemplares.
Para los cetáceos, hay un plazo máximo de 18 meses, contado a partir de la entrega del inventario, para reubicarlos en corrales marinos o las condiciones establecidas por la ley.
Es crucial que, durante este proceso, se aplique el control de la reproducción y las actividades de contacto físico con humanos se limiten a nado libre o interacciones supervisadas, prohibiendo prácticas que comprometan su integridad, como la monta de ejemplares o nadar sujetos de las aletas.
Este decreto es un “parteaguas” que salda una “deuda con la vida silvestre” se mencionó en la plenaria, con lo que “México se alinea con las mejores prácticas internacionales y principios de ética ambiental, justicia evolutiva y respeto a la vida”, sentando un precedente significativo.
El inicio de una nueva era
El camino hacia el respeto animal es largo, pero este decreto es un hito monumental. Es una victoria no solo para los mamíferos marinos, sino para la conciencia colectiva que exige un trato digno para todos los seres vivos.
Marca un cambio de paradigma: de la explotación a la conservación, del entretenimiento forzado a la investigación y la reintroducción.
Es una demostración de que, como sociedad, podemos y debemos innovar para construir un futuro más ético y sostenible. México ha tomado la delantera, ¿quién más se unirá a esta ola de cambio?
Preguntas para la conversación:
- ¿Qué opinas de esta nueva ley? ¿Crees que México es un ejemplo a seguir en la protección de la vida silvestre?
- ¿Cómo crees que impactará esto a los delfinarios y parques marinos existentes en México?