¿Ni las zonas de máxima protección se salvan de la contaminación?
Un estudio reciente publicado en la revista ‘Environmental Research’ reveló un panorama preocupante: los microplásticos han llegado incluso a las áreas marinas más protegidas de Brasil, transportados por corrientes marinas y vientos desde lugares lejanos.

¿Cómo se detectó esta contaminación?
En lugar de analizar muestras de agua, los investigadores optaron por una estrategia más efectiva: usar moluscos bivalvos (ostras y mejillones), conocidos por filtrar grandes volúmenes de agua y acumular partículas contaminantes con el tiempo.
Los bivalvos ofrecen un historial más fiable de la contaminación, ya que reflejan lo que ocurre a largo plazo, no solo cambios momentáneos en el agua”
Explicó Ítalo Braga, coordinador del estudio y profesor del Instituto del Mar de la Universidad de São Paulo (USP)
El análisis abarcó diez zonas marinas protegidas a lo largo del litoral brasileño, incluyendo:
Atol das Rocas: Un santuario sin actividad económica ni visitas turísticas.
Fernando de Noronha: Un archipiélago reconocido por su biodiversidad.
Parque Nacional de Jericoacoara: Un espacio clave para la conservación marina.
Otras áreas protegidas: Abrolhos, Tamoios, Alcatrazes, Guaraqueçaba, Carijós y Arvoredo.

¿De dónde vienen estos microplásticos?
El estudio identificó partículas principalmente negras, blancas y transparentes, con un tamaño inferior a 1 milímetro. Entre las principales fuentes de contaminación destacan:
- Polímeros alquídicos (59.4 %): Utilizados en pinturas y barnices, probablemente procedentes de barcos.
- Celulosa: De origen natural (plancton, algas) o antropogénico (papel, residuos alimentarios).
- Tereftalato de polietileno (PET): Presente en envases plásticos y fibras sintéticas.
- Politetrafluoroetileno (PTFE o teflón): Usado en recubrimientos antiadherentes e industriales.
¿Por qué es tan grave?
Que estas partículas lleguen a áreas marinas protegidas demuestra que las medidas locales no son suficientes para detener esta crisis. Aunque estos ecosistemas gozan de máxima protección, los microplásticos viajan sin control a través del viento y las corrientes marinas, atravesando fronteras invisibles y llegando a lugares donde la actividad humana es mínima.
Braga subraya que solo medidas globales pueden marcar la diferencia. Actualmente, el Tratado Mundial sobre los Plásticos, coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), está en proceso de negociación. Este acuerdo internacional vinculante podría limitar la producción y el uso de plásticos, protegiendo no solo las zonas marinas, sino también a las comunidades que dependen de ellas para sobrevivir.
¿Qué podemos hacer nosotros?
Aunque las soluciones deben ser globales, nuestras acciones locales también importan. Aquí tienes algunas ideas para empezar:
🌱 Reduce el uso de plásticos de un solo uso. Opta por alternativas sostenibles en tu día a día.
🌊 Apoya iniciativas que impulsen cambios legislativos. Participa en campañas que exijan regulaciones más estrictas sobre el uso de plásticos.
♻️ Informa y comparte. Cuanta más gente entienda el impacto de los microplásticos, mayor será la presión para cambiar las políticas públicas.
¿Sabías que los microplásticos pueden llegar a zonas protegidas desde lugares tan lejanos?
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