Esta es la historia de cómo una comunidad de vecinos, impulsada por la necesidad de un entorno más seguro y conectado, tomó las riendas para reclamar un espacio olvidado y lo convirtió en un lugar para la cohesión social
Por: Samantha Nolasco
Puebla.- San José Mayorazgo es un ejemplo perfecto de cómo vivir en comunidad puede llevar a cambios sustanciales en nuestros niveles de bienestar. En esta historia de solución, te contamos cómo un grupo de vecinos en una colonia con altos índices de inseguridad revitalizó la estructura de un acueducto abandonado.
En este espacio gracias a la colaboración ciudadana se pudo financiar un equipamiento completo para un parque público mediante presupuesto participativo, una bolsa que otorga el gobierno a las juntas vecinales que quieren hacer modificaciones a su entorno inmediato.
Lo que una vez fue un acueducto descuidado y subutilizado se transformó en un espacio público vivo y, al mismo tiempo, en un testimonio del poder de la organización vecinal. Este cambio no fue un proyecto impuesto, sino el resultado de la iniciativa, perseverancia y espíritu colaborativo de los propios residentes, donde hubo un especial involucramiento de uno de ellos: Ari Fernando Valerdi Moroni, urbanista y director del Laboratorio de Espacio Público en México.
En entrevista con Latank Media, el vecino urbanista que lideró este proceso describió un fenómeno particular que siempre existió en la colonia San José Mayorazgo, incluso antes de pensarse la construcción del parque. Él revela que había cierta apropiación natural del espacio por parte de los residentes, ahí algunos caminaban, paseaban a sus perros o salían a hacer ejercicio, ellos realmente podían experimentar el espacio de forma muy particular y cotidiana: “Esta utilización informal revelaba una necesidad latente de espacios públicos dentro de la comunidad” nos relató Ari Fernando.
“En 2017, la situación en México presentó desafíos significativos en cuanto al desarrollo urbano, donde la expansión de las ciudades a menudo resultaba en el abandono y la falta de apropiación de los espacios públicos por parte de la comunidad y las autoridades”, ese era el contexto histórico en el que esta movilización de vecinos en comunidad decidieron accionar.
La necesidad de organización se vio acentuada por una grave crisis de seguridad pública que afectó a Puebla entre 2010 y 2017, y San José Mayorazgo no fue la excepción. La falta de espacios públicos que fomentaran la vida comunitaria contribuyó a esta situación, creando un círculo vicioso de inseguridad y aislamiento”
mencionó Valerdi.
Conscientes de la importancia de los mecanismos de participación ciudadana, un grupo de jóvenes residentes tomaron la iniciativa de reactivar la junta de vecinos. Tras la conformación de la mesa directiva, se puso en marcha un proceso participativo que incluyó la certificación de la junta ante el ayuntamiento.
La respuesta de la comunidad fue notable, con una participación electoral que superó con creces la de juntas vecinales anteriores, demostrando un claro deseo de involucrarse en la mejora de su entorno, con este mandato ciudadano, la nueva mesa directiva convocó a una asamblea general para proponer sus planes. Fue en esta asamblea donde se presentó a los vecinos la idea de la “dieta de carril“, una estrategia de diseño urbano que consiste en reducir el espacio destinado al tráfico vehicular para ampliar las áreas peatonales”
Ganar los espacios
Esta propuesta de dieta de carril se enmarcó dentro de un enfoque de urbanismo táctico, que prioriza la implementación de soluciones de bajo costo y alto impacto utilizando materiales disponibles, El objetivo era claro: transformar la apropiación informal del espacio alrededor del acueducto en un espacio público seguro y de calidad. Y los resultados de estas primeras acciones fueron inmediatos y significativos. Se observó un aumento notable en la vida pública.
Lo más destacable fue el impacto en la seguridad: durante los cinco años siguientes al inicio del proyecto, y hasta que comenzaron las gestiones para la obra pública permanente, no se registró ni un solo robo o asalto en la zona del acueducto y sus alrededores. Este logro tangible demostró la validez de la teoría de que la mejora de las condiciones del espacio público, incluso de forma temporal, podía enriquecer la vida comunitaria y disuadir la delincuencia.
La mesa directiva vecinal presentó una propuesta formal al ayuntamiento en 2018 para la regeneración urbana permanente del espacio y tras varias reuniones con regidores y personal de servicios urbanos y obras públicas, se logró acceder a recursos a través del presupuesto participativo. El ayuntamiento proporcionó pintura, bolardos y macetas, herramientas clave para la transformación inicial”.
Y en este sentido es importante destacar que la elaboración del proyecto formal y los estudios necesarios para su justificación ante las autoridades fueron realizados por vecinos voluntarios, quienes dedicaron su tiempo a recopilar datos sobre el tránsito peatonal y vehicular, demostrando un alto nivel de compromiso comunitario.
Finalmente en 2023, el proyecto fue incluido en el presupuesto de obra del ayuntamiento como uno de los diez parques a intervenir. Durante la fase de construcción, la comunidad de vecinos se acercaban a los trabajadores para ofrecerles comida y agua, mostrando un sentido de apropiación y defensa del proyecto.
En 2024, se inauguró el “Parque Acueducto”, transformando por completo el paisaje urbano, un hito para la comunidad. La obra incluyó paisajismo, la mejora de la infraestructura verde, la instalación de nuevos materiales de construcción duraderos, la creación de áreas de juego robustas y una cancha deportiva, espacios para la vida, el encuentro y la actividad física.
Ari Fernando resume su experiencia en San José Mayorazgo como una vivencia que demuestra que con la organización adecuada, el conocimiento técnico y la participación activa de la comunidad, es posible transformar espacios olvidados en lugares vibrantes que mejoren la calidad de vida y fortalezcan el tejido social, una fórmula para la transformación urbana positiva. La historia del “Parque Acueducto” es inspiración y prosperidad para otras comunidades que buscan recuperar y transformar sus propios espacios públicos, lo que nos llama a la acción.
¿Te atreverías?
